RECORDANDO A NUESTRO HERMANO: Francisco Xavier
Diciembre 3 de 1935
Hosanna a Eloí
Paz, heme aquí. Urbis et orbis...oid.
Sonó la voz del Misionero del Padre y yo llevé su eco al estrado del Ser Supremo
y traigo su aprobación.
En los largos días de su soledad, en los años de su ímprobo trabajo,¿Quién lo
tildará de malversor? ¿Quién lo delatará de inconsecuente? ¿Quién levantará la
mano que no esté el manchado de la culpa que acusa?
El Padre lo reconoció y lo confesó en público y solemnemente lo confesó la
cosmogonía y lo confirmé yo en autoridad y hoy de nuevo Urbis et Orbis reclamo
su reconocimiento y me habéis de escuchar, oid, pues.
Pasarán los cielos y la Tierra más no pasarán mis palabras que traigo del Padre
común que es todo amor.
Han de cumplirse las promesas hechas antes y ahora repetidas y el retraso sólo
consiste en los hombres, a los que se les toleró, más no los consentimos por lo
que las faltas son vuestras y no del Maestro que en Justicia obra y sostiene la
causa de los mayores que hoy es de la solidaridad.
Hago mías sus endechas y pedidos obrando ya en Ley para la ejecución, como en
Ley hemos obrado para tolerar digo...Recoger la bandera de la discordia o
terminar por vuestro aniquilamiento en un muy breve plazo y llegando a donde la
Ley marcó.
No siento en la desobediencia y ordeno a los ejecutores no descuidar los hechos
que cada uno tiene marcado en su rol y al cumplido sea ejecutado, al que no
cumple obligarlo a cumplir la Ley o lo sentenciado, esta es la orden que os doy.
Corred a los llamados, contestad a nuestras voces o saber que todo lo que
estorbe será quitado. Hoy es día de Amor, es por lo mismo día de Justicia.
No descendí a la Tierra al olor del incienso.
Acudí sólo a enseñar a mi legatario lo que ya sabía pero mi amor corresponde a
su amor y a la cueva del Japón llegué con él acompañado y heme aquí a sentenciar
y ordenar la Justicia y a decidirte: Sí, Maestro y hermano, no sólo es hora,
sino hora pasada y es Ley que contesten todos cada uno en su esfera o la
Justicia obrará; esto digo a todos, hoy nada más.
Ahora, jóvenes recién llegados, Labor y Amor se os pide y evocar a los guías
hasta que sepáis llamar al Maestro Superior, para llamar al Padre, y sed
diligentes, obedientes y amorosos.
Sí, hermano Maestro, me cargué en los mundos de los efluvios que pides y quiero
depositarlos en esas flores y cuyas esencias sean para los que piden si en ello
hay Justicia y fe. Sea pues.
Mi amor y la bendición del Padre, único adorado, os doy en alegría de la fecha
que conmemoráis. Yo.
Xavier
Del libro inédito "Renovación de la faz de la Tierra", Tomo I