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Carlos Quidgley Viera
ESPIRITU ( y alma)
Las palabras tienen en ocasiones distintas acepciones dependiendo en que disciplina, en qué lugar o con que intención se digan. Hay que recordar que la palabra es el pensamiento materializado.
... El alma según nos explica Barcia existe en todos los objetos “animados “ puesto que animación y alma representan “el mismo vocablo de origen”
Como una extensión de la palabra alma en el sentido del comportar humano en ocasiones nos referimos a una persona que “es el alma de la fiesta”, esto porque es quien las “anima”. Notamos que en esta segunda acepción no está implícito el concepto metafísico de la primera, sin embargo materializa claramente la intención del pensamiento.
En cuanto al vocablo espíritu que viene del latín spiritus, soplo forma sustantiva de “spirare, soplar”, los verbos aspirar, respirar… valen tanto según Barcia como si dijéramos “aspiritar, espiritar, respiritar” que es igual a tomar y o exhalar los espíritus, en otras palabras el soplo vital que viene siendo el soplo atmosférico.
Posteriormente según este mismo autor esta palabra se fue depurando de su relaciones materiales hasta que los hebreos y luego los “cristianos” dieran el sentido incorpóreo con que se usa actualmente.
Otra acepción que se le da a la palabra espíritu es aquella que resume todas las actitudes cualitativas en cuya virtud pensamos. Por eso decimos, el espíritu de un filósofo (en cuanto a su filosofar), de una familia, de un idioma, espíritu de sistema (su lógica de la ciencia, de los principios, de las opiniones), espíritu sistemático (que cae en la rutina), espíritu profundo, analítico, ecléctico, metafísico, abstracto ect.
Ahora bien la palabra espíritu en su sentido más trascendente nos da una idea de un concepto que es absoluto en cuanto a nuestras aptitudes superiores, la existencia misma de la razón humana o IDEA DE SER.
Carlos Quidgley Viera