BALANZA
Juan el Solitario
Hermanos míos, que la Paz y el Amor del Padre sea con vosotros.
Ya que tenemos la dicha de comunicarnos con vosotros que sóis los misioneros de
mañana y los aprendices de hoy, vamos a exponer algo de nuestras apreciaciones
sobre lo que es la justicia de los hombres, si llamársele justicia siquiera a
esa acción que los hombres aplican a los hermanos que a su juicio delinquen
sería una atenuante de las acciones perversas que no son más que el resultado de
prejuicios unas veces y otras de maldades de sus mentes atrofiadas.
Lástima es que después de tantos siglos de lucha sigan matándose como en los
tiempos primitivos, cuando no imperaba más que el derecho del más fuerte y que
hoy después de tantos misioneros sacrificados en bien del ideal de progreso
espiritual sea esta tierra una carnicería donde el respeto y la dignidad van
siendo plantas exóticas que sólo se podrán cultivar en muy pocos seres del
presente.
Hermanos, gran pena es para los espíritus de luz que el mundo tierra sea todavía
un teatro sangriento en donde se ventile por la fuerza bruta el derecho a pensar
y de razonar con el deseo de elevarse más dentro del progreso universal.
Hombres hermanos, sed más justicieros, sed más bondadosos que con el rasero que
midiereis seréis medidos y ¡ay¡ de vosotros si no cedéis en vuestras maldades el
sumun de nuestra sentencia será tan horrible como merezcan la perversidad de
vuestras acciones.
Hermanos, paz y amor os desea vuestro hermano
Juan el Solitario
Agosto, 25 de 1927.