Párrafo IV Libro Buscando a Dios.
"EL LOBO, EL PASTOR, EL PALO Y LA CORDERA
¿Había yo de consentir que se cerrara el libro sin mi palabra, amado guiado? Ni tú lo pensaste,
ni yo lo consentiría. ¿Acaso no es orgullo del pastor conservar bien su ganado y más si lo libró de los
lobos? Pues yo diré al mundo tierra, que tú eres la oveja más codiciada del lobo devorador; pero el
Padre, es un pastor que sabe lo que cada oveja ha de menester y para ti, sobre los guías y protectores
capaces de la campaña, encomendó el cuidado al más viejo pastor; al que supo criar aquella hermosa
cordera que supo ser la más grande de las madres en fecundidad y amor, que dió hijos como Jesús y...
y... para, pastor, porque aun me tiran de la cuerdita y... lo que has visto con tus ojos y tomado
documentos, no es necesario repetirlo.
Adelante, pues, amado guiado y aquí está mi cayado que es muy duro porque es muy viejo y no
se rompe: si lo necesitas, antes de que me lo pidas yo lo tiraré que sé jugarlo bien y no yerro. Mi amor
y bendición para todos.
Joaquín, el viejo pastor"